Machu PIcchu - Hiram Binghan

 UN SUEÑO VEROSIMIL.........
Andes Peruanos, medio día del 24 de julio de 1911. tres hombres escalan con pies y manos una ladera despeñada y abrupta. a sus pies, el rio Urubamba sigue como cualquier otro día su curso apresurado hacia  el rio amazonas: el corazón de los expedicionarios, Hiram Bingham, de 35 años de edad, profesor ayudante de la historia latinoamericana en la universidad de Yale, late a velocidad de vértigo. Sus ojos escudriñan árboles, piedras y matorrales tratando de localizar el objetivo de dificultoso ascenso, mientras avanza inquieto y sudoroso por la senda mínima abierta por su guía, un campesino indio establecido al otro lado del rio que dice conocer la existencia de las ruinas a la sombra del pico Machu Picchu, le ha asegurado una y otra vez. Cuando, después de algún descanso y mucho agotamiento, llegan al lugar, Binghan contempla boquiabierto el paraje que se abre ante él. De la densa maraña de maleza asoma un laberinto de bancales y muros, una ciudad fantasma que lleva cerca de 400 años oculta al mundo exterior aquello me dejo sin aliento escribiría después ERA COMO UN SUEÑO INVEROSIMIL pero era realmente Inverosímil  ...........................

La Montaña Magica de Machu Picchu



fue una ciudadela desde donde se vigilaban los cultivos de la zona y se decidia a que poblaciones se iban a repartir los productos que se cosechaban. tambien fue un centro de rituales importantisimo, un lugar especial. alli hacian ceremonias en las que pedian a sus Dioses (el sol, el agua y la tierra ) y a los apus que fueron buenos con ellos que los protegieran y cuidaran, que nunca los dejaran sin comida.
Estas montañas estan muy cerca de las zonas donde por aquellos  tiempos se cultivaba la hoja de coca, que para ellos era sagrada, ademas la selva esta muy cerca desde hay traian, entre otras cosas, plumas de aves muy coloridos y vistosas como los loros y papagayos, para que las acllas hicieran trajes y tocados.
los Incas nunca tuvieron miedo a la selva. no es cierto que creyeran en serpientes mostruosas y otros animales gigantes y peligrosos, como dicen ahora.

De las creaciones que los hombres tienen en común, hay especialmente una que a manera de metáfora prodigiosa, ejerció el sortilegio de contener entre otras, la idea del mundo y la del hombre en su más remoto origen. Así sutilmente el mito, inspiración viva de la imaginación, abrió las puertas de ese infinito espacio al que ahora llamamos cultura. La religión, las artes, las formas sociales, derivan de el tanto como las características fabulosas que los constituyeron permanentemente en su largo y sinuoso viaje a través de la memoria de los pueblos.


Los ciclos míticos del origen del hombre, de los Incas y la ciudad del Cusco, son ricos en símbolos, gestos rituales y sucesos sobrenaturales asociados a descripciones de la geografía en la que se desarrolla la gesta.

En esta por lo general se representa a los héroes civilizadores y fundadores, como personajes enviados por la divinidad en busca de un lugar previamente singularizado, el cual ha de ser reconocido, en el momento que el gesto ritual de sus personajes es aceptado por la madre naturaleza o los seres que moran en ella, reflejándose el hecho, en manifestaciones suyas (arco iris, haces de luz, lluvias de fuego etc.) Que serán tomados como señal de buen augurio y donde culmina o se fija un hito (conversión de los personajes en piedra), en este largo peregrinar.

esta estructura mítica, por la continuidad cultural aun se mantiene en la actualidad. no sorprende que al final de los relatos míticos en las comunidades tradicionales del valle sagrado de los incas, se señale un hito de piedra como testimonio que valida lo narrado así la dinastía Inca, no solo elaboro el discurso ideal que legitimo su origen cósmico, sino que complementariamente, perpetuo comunión con la naturaleza, entregando sus mejores esfuerzos para elaborar y recrear físicamente y parte por parte, el escenario de la epopeya de su origen. Escenario que a continuación mostramos, junto al relato sintetizado de las diversas versiones recogidas en los siglos XVI y XVII, acerca del origen del mundo, de los Incas, y de la ciudad de los Hijos del Sol: Cusco

EL ORIGEN DE LA CIUDAD DEL CUSCO

En noviembre de 1553, Francisco Pizarro y sus fuerzas penetraron en el corazón del imperio de los inkas, vieron a su núcleo una ciudad que los lleno de asombro. Dotada de palacios, templos esotéricos, almacenes premunidos y una disposición urbana vertebrada por calles orientadas hacia las salidas o puestas del sol, la entonces sagrada ciudad de Cusco cobijaba así, bajo un orden cósmico a los linajes de los Inkas, y en encierros casi monacales, a las mujeres escogidas para el perpetuo servicio del culto y también para tejer los mas preciados textiles con los que se reciprocaban lealtades y se honraban a las divinidades. En los alrededores, cerca de cien mil casas (a decir de Pedro Sancho en 1534). Formaban un cordón semicircular en el que residían junto a los antiguos linajes de esta tierra, los señores tributarios concentrados desde los más lejanos pueblos a los que fagocito este imperio. Cerca de cien etnias y veinte lenguas veladas por el Quechua que era la universal, coexistían en la ciudad que legitima en su tiempo se consideraba como el centro del mundo, y como tal, centro nervioso de una vasta organización comunicada con sus extremos, por caminos y hombres que agiles y en relevos, trotaban llevando mensajes en cuerdas anudadas con las que tejían y destejían la memoria (Quipus). De los códigos con los cuales estos se leían, se sabe muy poco, casi nada, que si tuvieron otros; estudios recientes enfocan sus intereses en los complejos diseños geométricos de sus textiles (tocapu), lo cierto es que cuando los especialistas en decodificar estos misteriosos anales (quipucamayoc), fueron consultados acerca de los orígenes de la ciudad, respondieron a través de un cuerpo de literatura oral hecha a manera de historia sagrada, en la que los hechos se disuelven en la atmosfera mágica de sus mitos. Estos como tales, la información proporcionada por sus registros y memoria, a los funcionarios y cronistas del reino de España, cuando declararon acerca de los primeros pueblos que se asentaban cerca al lecho cenagoso del antiguo lago extinguido donde se edifico la ciudad del Cusco. Lares, Poques, Sahuasiras, Alcabisas, entre otros, dijeron eran los nombres de los primeros pueblos que señoreaban en este valle, antes de la llegada de los Inkas o los hijos del sol. Se desconoce quienes fueron los primeros en poblarlo, mas no su primer nombre ACAMAMA que quiere decir esta que contiene las cosas, o esta que es madre. Sobre quienes eran los Inkas, son muchos los estudios que desde entonces hasta el presente se hicieron la misma pregunta, y a ella corresponden también variadas respuestas. Existen versiones que se basan en documentos tales como las palabras y ciertas características culturales que sugieren migraciones de pueblos situados en las inmediaciones del lago Titicaca; otros postulan su desarrollo autónomo en el valle del Cusco, pero en verdad, lo que de ellos se decide, es muy discutido entre los distintos investigadores. Lo cierto es que la historia de su origen, como los Inkas la consideraron y contaron, se encuentra sintetizada en sus mitos y en el espíritu de su obra.